¿Para qué me ha servido todo este tiempo de cuarentena? ¿Qué siento?, ¿Qué pienso?, ¿Qué necesito? ¿De qué me doy cuenta en este estar siendo, en una vulnerabilidad e incertidumbre absoluta? Inicio con preguntas y continuo con esta frase de un maestro maravilloso.
“El sufrimiento del hombre no se debe a la falta de certidumbres, si no a la de confianza. Hemos perdido la confianza en el mundo y como perdimos la confianza queremos control y como queremos control, queremos certidumbres y como queremos certidumbres no reflexionamos” – Humberto Maturana.
Pues te cuento que llevo tiempo aprendiendo a gestionar la incertidumbre de no tener las cosas claras, de no poder controlar lo que sucede afuera, de procurar cada día estar presente, sentir y vivir el aquí, lo que pasa hoy, agradeciendo lo que hay y aceptando lo que no me gusta y no puedo cambiar; internalizando que cada día puedo elegir quien quiero ser, como me quiero sentir, que decisiones puedo tomar, a quien necesito continuar teniendo a mi lado y a quien no, si me mantengo en el trabajo que tengo o no, si me reinvento o si me quedo como estoy.
El perfecto ejemplo de la montaña rusa de emociones, cierto; cuando bajo me permite conectarme con la tristeza que tengo bastante disponible y me he permitido abrazarla para reconocer lo que me importa realmente en la vida, dándome cuenta que llena mi alma el sentir el amor de quienes amo, a mi familia, a mis amigos que son hermanos del alma, a personas que recién conozco y se han interesado en mi bienestar y me han brindado su escucha y su mano en lo que he necesitado.
El coaching me ha servido para darme cuenta que soy un ser en completitud, reconociendo mi cuerpo, mi postura, mi respiración, mis gestos, mis emociones, mis pensamientos y de qué manera me expreso. Hice conciencia de quien era y quien estoy siendo cada día, a veces me dicen pero si eres coach como puedes no manejar ciertas situaciones y mi respuesta es. “Soy un ser humano, que siente y aprendió unas herramientas maravillosas para crecer y danzar este baile de vida con la música que escucho, cuya melodía me lleva a elevarme y a sentir las emociones mas lindas como la alegría, el entusiasmo, el agradecimiento, la paz, la aceptación así como también las mas bajitas como la tristeza, la rabia, el miedo.
Cada quien se ha vivido esta pandemia desde quien es, no como es, unos dicen, ..”es lo peor que me ha pasado en la vida”, otros dicen que buena experiencia para detenerme necesitaba compartir mas con los míos”, “que encierro tan horrible” “gracias a esta experiencia me he detenido para darme cuenta quien soy y lo que quiero ser” “tengo pánico de enfermarme”, “nuestra madre tierra esta sanando” y así cada quien observa este fenómeno y lo interpreta desde quien esta siendo y desde el lugar que le hace sentido.
Herramientas como aprender a respirar, reconocer mis emociones, ponerle nombre para gestionarlas, escuchar mis conversaciones internas, diseñar conversaciones que juzgo difíciles y requiero tener con otro para tratar algo que me inquieta, o situaciones que me generan alguna disfuncionalidad. Escuchar que me dice mi cuerpo, que esta necesitando de mi. Y en los 45, 90 o 200 mt2 en que habitas hoy, invitar a tu creatividad a que lidere este presente para elegir eso que necesitas para sentirte mejor y estar mejor.
Como coaches nos enseñan a que primero es indispensable aprender a gestionar nuestras emociones para que cuando un legitimo otro nos seleccione para escuchar su alma seamos capaces de sostenernos y luego sostener a quien nos permitió estar allí acompañándolo.Me preguntan, Isa ¿cómo se puede lograr esto? Y les digo practicando, practicando y practicando, poniendo tu cuerpo, alma y corazón, por supuesto habiendo aprendido e incorporado las distinciones del coaching y sumarle tu ser, tus experiencias de vida, tus heridas, tu sanación, todo lo que te constituye, recordando que no somos consejeros ni maestros, somos alguien quien eligió la compasión, el respeto, el amor y la escucha para servirle a la humanidad acompañando las inquietudes, dolores, anhelos y logros de otro ser.
En una charla que dicte, diseñe y utilice esta secuencia de términos como una forma para gestionar la incertidumbre, reconociendo mis fortalezas, virtudes y oportunidades de mejora.
El coaching llego para quedarse, porque es un espacio dedicado para conversar en confianza y sin juicios de aquello que realmente nos importa y mirar nuevas formas que nos faciliten alcanzar y lograr lo que tanto deseamos.
Es mi pasión, con el conseguí mi propósito en esta vida, me fascina llamarlo espacio sagrado donde dos almas se conjugan en una danza para ser uno con otro y hacer brillar la grandeza de esos seres.
Isabel Carrero
Lic. en Relaciones Industriales, Coach Ontológico Profesional
Coordinación Dasein Coaching